Margaretha Geertruida Zelle nació el 7 de agosto de 1876 en Leeuwarden, Países Bajos, Holanda y partió el 15 de octubre de 1917 cerca de París.  

Más popular como Mata Hari, la célebre actriz y bailarina exótica, penada a muerte por espionaje y ejecutada a los 41 años durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918). La palabra matahari significa en idioma malayo, sol y literalmente “ojo del día”.

Anoche vi a Matahari armada de valor y cubierta de sus rasgos orientales heredados de su madre. La vi envuelta en atado de largos trajes, por la puerta falsa del patio interior, sin que ninguno la notara.

Era de una belleza divina y seductora. Tan gentil, tan carismática, que era casi inverosímil no quedar rendido ante su candor. La gracia de su visita, su lucimiento, la magnificencia de su conducta, el goce que causaba su voz de melodías, de cantar de pájaros silvestres, vencieron la anuencia y la aspiración de hombres con nombres notables algunos invictos en varias batallas, amos del arrojo de propios y extraños. 

Ella se hizo pasar por una aparente princesa de Java profesando de danzarina exótica. Fue cortesana y tuvo romances ocultos con diversos funcionarios militares e incluso políticos de alto nivel, y, en general con la “alta sociedad”.

En 1917, un año antes del final de la "Gran Guerra", en Francia fue sometida a juicio incriminada de espionaje, de ser una agente doble para Alemania y de haber sido la causa de la muerte de miles de soldados. Fue declarada culpable sin pruebas concluyentes y basadas en hipótesis no probadas que hoy en día, principios del siglo XXI, no se sostendrían en un juicio moderno.

De hecho, una asociación de su ciudad natal suplicó al Ministerio de Justicia francés una revisión póstuma del caso, pero esta petición no fue atendida.

Su cuerpo hermoso, no fue enterrado, y se aprovechó para el aprendizaje de anatomía de los estudiantes de Medicina, como se hacía con los ajusticiados en aquel período, pero su cabeza, embalsamada, permaneció en el Museo de Criminales de Francia hasta 1958, año en el que fue expropiada, seguramente por un admirador.

Anoche su alma regresó, danzaba y bailaba sonriente. Un milagro salvó su espíritu para mi dicha.

31 de diciembre de 2014, Lima.