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lA NOCHE DEL ENCUENTRO.

SALUDO A HÉCTOR BÉJAR RIVERA // Gustavo Valcárcel Carnero

Carta inédita

Publicado: 2015-01-13

Muy estimado Héctor: 

Recuerdo cuando te conocí, yo era estudiante de primaria (1957). Llegabas a nuestra casa de la Calle Theodoro Cárdenas, en Santa Beatriz, Lince, Lima. Entablabas conversaciones con mis padres, Violeta y Gustavo Valcárcel. En ese entonces eras el primer Director del semanario progresista llamado Unidad, el que –luego de algunos años- mi padre (siendo ya el Director) lo presentó como “Vocero del Partido Comunista Peruano”, rompiendo la clandestinidad en la cual se encontraba.

En los primeros años de la década del 60, veo en mis recuerdos juveniles, al memorable Héctor conversando en voz muy queda con mi madre, desde luego de temas políticos y de cómo hacer la Revolución. Mucho entusiasmo, mucho fogueo y tareas que cumplir. Entraban y salían de casa, camaradas y amigos, poetas y escritores, periodistas, todos contagiados por la efervescencia de la Revolución Cubana.

De repente, un día dejaste de ir y mi madre me comentó que tenías una misión muy grande, la cual haría historia y cambiaría al Perú para siempre. Héctor: ¡No te voy a recordar a los guerrilleros Javier Heraud y Alaín Elías!, -entre otros- porque tú eras parte de esa primera brigada de penetración que salió de Bolivia, ingresó por Puno y se dirigió hacia Madre de Dios. Bien sabes que uno dio su vida (el gran Javier) y el otro purgó larga prisión (Alaín). Estamos hablando del valeroso grupo armado del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que con su ingreso a territorio peruano convulsionó al país en el año 1965, porque trataba de iniciar los trabajos de adoctrinamiento al campesinado, a fin de darle base popular a la Revolución Peruana. Sin embargo, más poderoso que la fuerza del Imperio, fue la uta, grave enfermedad que te obligó a replegar y fuiste detenido en la clandestinidad.

La amistad de mis padres contigo y los camaradas detenidos fue muy grande, pues mientras Gustavo redactaba cartas, protestas, manifiestos; Violeta organizaba a las mujeres de los detenidos para gritar en las calles por vuestra libertad. Inolvidable la amistad de ella con Anita Miranda, con quien te visitó muchas veces en la prisión y estuvo en la puerta cuando se abrieron para que grites ¡Liberad!

Te escribo esta carta no sólo por la remembranza unida a mis padres, veteranos luchadores sociales desde los inicios de los años 40, al querido Julio Dagnino, y a mis hermanos Rosina, Xavier y Marcel, sino porque me vienen a la mente muchísimos compañeros que cayeron en combate o purgaron años de sufrimiento en las peores mazmorras del Perú. Y me refiero a los combatientes de distintas tendencias de la izquierda peruana: Luis de la Puente Uceda, Javier Heraud, Juan Pablo Chang, Hugo Blanco, Guillermo Lobatón, los hermanos Luis y Santiago Zapata Bodero, Edgardo Tello, Máximo Velando, Leoncio Bueno, y un sin fin. Confío que los espíritus revolucionarios de todos los caídos te acompañen en tu campaña y en tu gobierno, para guiarte por el duro recorrido que será llegar al poder por la vía democrática e iniciar la verdadera transformación socioeconómica con la que soñamos todos.

El panorama político de los últimos veinte años ha trotado de crisis en crisis, de convulsión en convulsión social, de esperanza por el cambio y en desilusión por los fraudes cometidos. Se le dio apoyo a un “japonés”, tanto porque los partidos progresistas y de izquierda lo acordaron, paralelo a que se ganó la simpatía de las masas votantes, para terminar preso por graves delitos. Se temía que MVLL rompiese con Cuba. Fujimori fue el peor Presidente que haya tenido la República del Perú, lo prueba el Informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR). Luego surgió la esperanza en el perfil andino, con un “cholo sano y sagrado” que algunas veces convirtió el avión presidencial en un avión parrandero y, dicen, acumuló riqueza para hacer negociados inmobiliarios. Finalmente, la esperanza de la “olla”… el candidato Ollanta quien cambió su plan de gobierno, por una hoja de ruta distinta y está en el poder mal asesorado y mangoneado por los intereses del gran capital… otra desilusión para la clase trabajadora. ¡Esto no puede seguir!, compañero Héctor. 

La izquierda nacional está atomizada ex profesamente por los agentes de la derecha y del Imperio; sus líderes no logran aglutinar masas y necesitamos sangre fresca, nueva, con principios políticos muy claros y con capacidad de ejercer un gobierno en defensa de los intereses sociales de los peruanos. Esa figura renovadora, principalmente, se perfila en ti, Héctor. Has de saber concentrar y concertar a las fuerzas populares, a los sindicatos, a las federaciones de trabajadores y estudiantes, a los campesinos, a los intelectuales y artistas, y a los partidos políticos que crean en el proyecto histórico que desarrolles. La tarea es ardua y muy difícil, pero hoy día has dado el primer paso y tienes a tu lado un contingente de seguidores que te apoyaremos hasta llegar a Palacio. Otros exguerrilleros y luchadores de Latinoamérica han logrado hacerlo, como en Nicaragua, Brasil, Uruguay y recientemente en El Salvador. Nuevos vientos soplan y sabrás guiar tus velas por el rumbo de la justicia, libertad e igualdad. 

Hay días en la vida de una persona que se convierten en trascendentales, inolvidables y de perenne extensión. Hoy, martes 24 de junio del 2014, será una de esas fechas que dejará huella en nuestra vida y en tu existencia, porque un grupo de personas te propone como candidato a la Presidencia de la República del Perú para el año 2016, amparados en tu diáfano recorrido político e intelectual. Estamos lanzándote desde “La Casona” de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, escenario de las más grandes reuniones políticas de los años 40, 50 y 60, donde las protestas y las conspiraciones revolucionarias eran pan de todos los días. Veo, desde mis memorias, a la figura de Alfonso Barrantes Lingán, caminando sobre el borde de la pileta del patio de Derecho, dando uno de sus gloriosos discursos en defensa de la Revolución Cubana. Él fue capaz de aglutinar a las fuerzas populares en Izquierda Unida (IU) y luego el pueblo lo llevó a la Alcaldía de la Municipalidad de Lima Metropolitana. Ahora, te grabamos el camino para que tú llegues a la “Casa Pizarro” y le cambies de nombre, por la “Casa de Túpac Amaru”, donde pueda llegar el pueblo a pie. 

Antes de terminar, Héctor, es imperativo decirte públicamente que tienes dos enemigos gravitantes contra los cuales deberás luchar durante toda tu campaña: uno se llama Alan García Pérez y el otro, quizás sea, nuestra propia izquierda peruana atomizada y algo deformada. El primero es una máquina de guerra con muchísimos años de experiencia en procesos electorales, cuenta con un Partido monolítico muy bien organizado, tiene recursos económicos acumulados y se valdrá de todas las argucias legales e ilegales para tumbarte en el camino. El segundo –la izquierda- está algo deformada, y fraccionada,  tanto por los intereses de la derecha, como por los apetitos personales de algunos de sus dirigentes.

Has de presentar una propuesta política, un plan de gobierno y formar un equipo de campaña con personas que tengan verdadera experiencia en estas lides y con una moral a prueba de todo "pecado".

Tu diferencia con otros candidatos será “La Esperanza”. Vas a darle al pueblo la esperanza perdida en otros líderes y cumplirás tu palabra, porque sino, la Historia te condenará.

Héctor, sabes que estamos en un momento de crisis mundial, nacional y de Partidos, pues ya el pueblo en ninguno cree con firmeza. Ahora, la gente busca figuras con mística, con honor y credibilidad. Tu perfil personal encaja en esta demanda de liderazgo, para lograr capitalizar el descontento, la frustración y la indignación de la gran mayoría de peruanos. Sobre esta base, podrás erigirte como la verdadera BANDERA DE LA ESPERANZA.

Quienes te conocemos de cerca, no hemos dudado un instante en brindarte nuestro incondicional apoyo; porque eres sinónimo de honradez, humanismo, estudio, solidaridad, brega emprendedora, y, además, tienes una trayectoria de lucha y sacrificio personal que ya te ha permitido obtener una página en la Historia del Perú contemporáneo.

Por eso grito desde mi corazón abierto y con la esperanza puesta a tiro de cañón:

¡Héctor: esperanza!

¡NO NOS DEFRAUDARÁS!

¡La izquierda unida, jamás será vencida!

¡Viva el Perú!

Gustavo Valcárcel Carnero

DNI: 0789337

24 de junio del 2014. Casona de la UNMSM. Lima, Perú.



archivo: Rosina Valcarcel <chaskaros@>
23 /6/14

Escrito por

Rosina Valcárcel Carnero

Lima, 1947. Escritora. Estudió antropología en San Marcos. Libros diversos. Incluida en antologías, blogs, revista redacción popular, etc.


Publicado en

estrella cristal

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