mirar el mar y cavilar cosas
rosina valcárcel
a Berta García Faet*
mirar el mar y cavilar cosas
la vida es un accidente es un modo ilegítimo de hallarse entre el caos y el paraíso y experimentar ser bienhechora y estudiar antropología y suspirar por el amor fallido y los gatos maltrechos y los veteranos ofendidos y por la corrupción generalizada y sus abruptos calabozos de hotel 5 estrellas y sus pegajosas temperaturas del volumen de un país y yo que creo en los prisioneros políticos de los arenales en su ética y su capacidad de resistencia y yo que desconozco todo y que me pregunto qué hacer sin el che y sin su sonrisa qué hacer con la patria y su vello enredado y sediento y cómo tantear tus huesos primitivos, amor mío, qué hacer con la praxis y el humo de tu belleza hermética y yo que siento la presencia de un fantasma parricida cuando quiero echar una palabra afable y ajada en la boina del pintor del solista y yo que creí conocer los ojos del amor y que batallo aceleradamente si bien con espejismo y pesadillas contra la pena de muerte y anhelo que arrasen la polución de la tierra y yo que alucino colosalmente ensueños de perfil erótico y a veces maligno y desigual y que jamás le perdonaré a Hitler ni al imperio mi género humano extinto y yo que no olvido y que planteo encender inciensos, mirra, eucalipto, palosantos, velas azules, con ustedes para inmortalizar a nuestros antepasados y exorcizar tantas desidias y yo que hurgo en la escritura (y el arte) y hallo poco yo que tuve un antecesor A y una antecesora B y tres hermanos C y dos hijas D y una nieta E y yo que aun así desconozco la vida y la muerte e inquiero qué tararear cuando cae la tarde y qué silbar que no ultraje al hambriento o al diáfano o a la mujer bajo las hojas del otoño y yo que tiemblo con desvelo puro en el segundo arduo de tener que optar por un campo de los Andes o la orilla de la Costa perdonar u olvidar animadversión o pensar en el humano de las cavernas y su pintura rupestre, qué perturbador es, qué patético.
(· autora española)
· Lima, 22 marzo 2015
© Rosina Valcárcel 2015