#ElPerúQueQueremos

jOSÉ lI nING Y rOSINA vALCÁRCEL, EVOCANDO A jOSÉ wATANABE,  vERANO, 2014.Atrás cuadros de carlos ostolaza.

Cosas de Familia / Metáfora de la identidad en la poética de José Watanabe por José Li Ning

POESÍA Y AMISTAD , escribe Rosina Valcárcel

¿Por qué le exigías más, ojo con lágrimas? j.w.

Publicado: 2015-04-22

José Watanabe Varas (Trujillo, 17 de marzo de 1945-Lima, 25 de abril de 2007)

A propósito de Cosas de FAMILIA / Metáfora de la identidad en la poética de José Watanabe por José Li Ning Anticona

El segundo quinquenio de los años 60 Lorenzo Osores y yo vamos a visitar a Watanabe a la avenida Alcazar. Y, en el Rímac, nos invita a almorzar un plato criollo. El vate practica Zen y estudia Arquitectura en la universidad Villarreal. Dice haber visto a una muchacha leyendo poesía en la Casa de Cultura de Trujillo y que aquello le inquieta. Tiempo después, en la revista Kachkanirajmi (# 4, 1969-1970), puedo editar su relato “Instrucciones para comprar preservativos”.

En 1970 coincidimos en Jauja en el I Primer Encuentro Nacional de Escritores Jóvenes del Perú (25 abril, 1970: organizado por Xauxal y auspiciado por la Unversidad Nacional de Educación dirigida por Juan José Vega, historiador), nos reunimos dos grupos controversiales para plantear nuestras posiciones literarias y políticas.

Una tarde los dos Josés van al hospital Larco Herrera y visitan al director Dr. Juan Francisco Valega Pásara. En la plática, entre cigarros, Wata se atreve a mostrarle unos poemas al ilustre psiquiatra. Éste, luego de hojear con interés le expresa: -Están bien, pero son muy exóticos. ¿“El Cabezón” alude al espíritu de haikus? Al despedirse José, sonriendo le dice a Li Ning: -Tiene razón…(risas)

Participamos de la bohemia juvenil, intercambiamos libros y autores, él estimaba a los poetas orientales, al novelista vitalista D.H. Lawrence, y al poeta reflexivo Eliot, por ejemplo. Compartimos ideas, amistades, paseos y suspiros. Como algo de vida o muerte me pide prestada la bella edición extraordinaria de El año de la barbarie, Lima: Nueva América, 1969 de Guillermo Thorndike. Incauta se la confío.

Wata me visita con frecuencia en San Isidro. A la vuelta de mi viaje a Europa, verano de 1972, firme le dice a mi esposo Leonidas Vélez: -“Llevaré a Rosi a andar al Olivar”. Y lo cumple. Yo tengo entre manos un libro de Krishnamurti. Vagando algo callados, busca una banquita para contemplar los árboles. Y me sugiere: Cuando un poeta íntegro lee a otro virtuoso sólo se le busca una palabra, una sola, la que hace que vibren las otras. Por favor, este año no leas al escritor de la India. Su estudio de la naturaleza de la mente podría perturbarte. –Pregunto, ¿qué es la muerte? – He vivido varias muertes. En los pueblos llegan pestes, la tifoidea, la bubónica, la viruela negra y se llevan a niños y a colegiales, vas a la escuela y no están todos los alumnos, no están tus compañeros. Yo tengo dos hermanos que fallecen: uno muere un día lunes y otro muere el sábado, en una misma semana. Eran mayores que yo, uno por dos años y otro por tres. Aunque era pequeño, así vivo esas muertes.

Tras horas volvemos al departamento de Los Rosales, muy pensativa pero aliviada, frente a lo real atroz mi ansiedad se diluye algo. Trazo garabatos esa tarde.

En septiembre de 1998, al final del Encuentro Poetas del Mundo, organizado por la universidad de Lima, el escritor inglés David Tipton, afable y agudo, en Pando, absuelve algunas inquietudes nuestras (de JW y RV): “Poeta en Londres y en el Rímac” se llama la entrevista que le hacemos. Publicada por la revista Hipocampo, 1999 (Teófilo Gutiérrez), primero y en el libro Diario de talismanes, 2006, de RV, después.

Nuestro amigo JW es un ser inaudito, talentoso, enamorado, salud vulnerable, complejo, irónico y algo mimado por un tejido primordial, familiar y amical. En su sistema de afectos, que era como numerosos ríos comunicantes, vincula a amigos con familiares y a la mayoría nos parece conocerlo.

En Trujillo, Li Ning ocupa un lugar privilegiado, y hoy desde la psiquiatría, con el método sistémico, él hace un estudio realmente original sobre la poesía del amigo que observa con fruición y halla en el marco teórico cibernético y sistémico una forma de trabajo que no deja de lado nada y relativiza todo. (c/f: M. Martos)

HIJOS DE MIGRANTES, GENTE DE IMAGINACIÓN y TRABAJO

¿Por qué dos peruanos de ascendencia asiática demuestran el gran aporte japonés y chino a nuestra cultura de todas las sangres? Un agente trascendental de cambios en el s. XIX fueron las migraciones chinas y japonesas, incorporaciones orientales a la peruanidad que se extienden hasta el s. XXI. Algunas migraciones se nutren de naturales expectativas económicas. El artista José Watanabe y el intelectual José Li Ning Anticona son dinámicos actores de dichas transformaciones. Puede ser un albur su origen en la misma zona del país, en Laredo y Paiján, en el departamento de La Libertad. No es casualidad, sin embargo, que dos jóvenes anhelantes de sabiduría en un ámbito de provincia, apasionados del arte, posean similares maestros elegidos, como el pintor Don Pedro Azabache (Moche), los mismos amigos Lorenzo Osores, Jorge Díaz Herrera, Rosina, entre otros. Atrás un lienzo: cuarenta años de amistad-hermandad y de fondo matices del espíritu oriental.

Li Ning cuando arma este libro lo crea como si estuviera retomando el hilo con su amigo Watanabe. Es un diálogo con él, en el cual le puede relatar lo que ve desde la otra orilla, eso pretendió hacer en esta obra. El galeno hace un examen desde el enfoque psiquiátrico, aquí manifiesta la importancia de aquellos lazos en la familia del poeta y cómo sus integrantes entretejieron el cariño y amparo (u orfandad) que definió y dio sentido a su creación artística; y, nos entrega un particular cuadro del complejo cosmos familiar de Watanabe. JW es unas de las voces poéticas más originales de la segunda mitad del siglo XX. Sus versos llanos (asociados al haiku japonés) y plenos de plasticidad ocultan intensas reflexiones sobre diversos temas como el paso del tiempo, el paisaje, la naturaleza, el erotismo y la enfermedad.

La vocación, la independencia, la libertad

A través de libros, entrevistas y otros artículos periodísticos y digitales, Li Ning lleva al lector de lo poético (examinando versos) a lo científico, buscando el origen y las vivencias que signaron al autor, como narra el mismo JW (en “Elogio de refrenamiento” (ver: Javier García Wong). La exploración de Li Ning profundiza en el conocimiento de la vida y obra de uno de los poetas más significativos de la generación del 70. Asumiendo que en ocasiones una parte del sistema puede condensar el todo, encajaría indagar el primer libro de Watanabe, Álbum de familia, Trujillo, 1971: Cuadernos Trimestrales de Poesía, que lo hizo merecedor del laurel Poeta Joven del Perú.

Exalta el crítico español D. Jaramillo que compendia el universo poético de Watanabe y en cuyos versos “la geografía de su pueblo, Laredo, y los miembros de su familia circulan como sus habitantes más propios”. (dixit: A. Mendoza F.)

Conformado por quince poemas incluye “Chagall”. Este texto recrea un espacio externo poblado por hombres ingrávidos según la pauta del pintor ruso. Este ha irrumpido con su magia en el mundo casero del yo poético, estudiante de las leyes de la física, para tentarlo; lo reta a perder la cordura para que acceda a su mundo extraordinario donde el violinista sobre el aire es una imagen, a cuya semejanza el artista poeta construye un símil de sí mismo. Esta es la invitación inicial de Li Ning.

CHAGALL

                                              Para Alvaro Mendoza Diez

Si me atrevo y abro la ventana

puede suceder:

el cielo gris con su golondrina completamente natural

o dos amantes sobre el mismo cielo anunciando el verano.

Soy un hombre cauto,

estoy acostumbrado a los días

y temo los milagros no previstos en el programa.

Chagall ha detenido su largo vuelo sobre mis libros,

viene de sobrevolar los campos y las aldeas,

ha estremecido

los árboles

ha derribado

los frutos

la manzana

que descalabró los ojos miopes de Sir Isaac Newton.

Le digo que no crea

que yo también entreveo la posibilidad de volar,

de caminar por el cielorraso

de invitar a las muchachas

a mirar la ciudad desde arriba.

Chagall sonríe y sabe

que un hombre cauto

no puede huir de la cordura.

Si me atrevo y abro la ventana sé lo que puede suceder:

un hombre que se va sobre el aire

inventando

con un violín rojo

una serenata.

En este poema, según Li Ning, se oponen dos actitudes ante el mundo: la del físico Newton y el pintor Chagall. El primero descubre la caída de la manzana y deduce la atracción gravitacional; el segundo agita lo estable, derriba los paradigmas y vence a la gravitación. El científico se apega a la realidad concreta; el otro la desordena, concibe una realidad prodigiosa y realiza la metamorfosis en los humanos, los vuelve etéreos como los amantes y el hombre con su violín rojo en el cielo. Volar, pues es la acción de liberarse. Agregamos: de rescatarse, redimirse, trascender, de una forma u otra.

Li Ning advierte: El yo poético –aprendiz de científico- fue agitado por la visita del mágico Chagall y se halla en una confrontación de universos viables: el artístico y el científico. Queda en el empaque de la voz sonora la confesión de sus atributos: cauto, cuerdo del ser y del hacer. Mesura y coraje, prudencia y descontrol constituyen atributos contrastantes de la voz lírica y de Chagall.

La conformación de un corpus de 56 poemas con palabras de parentesco, de un total de 188, patentiza la importancia del referente familiar en la poesía de JW. Al detallar cuántos poemas tienen relación con la familia se puede medir la extensión de la importancia y vigencia del tema. Un tercio de su producción tiene correlato con la familia, esto es significativo. El personaje femenino “madre” (19 poemas) se halla en “Mamá cumple 75 años”, y aparece tantas veces como los personajes femeninos “parejas” o compañeras (21). Leamos:

Desagravio (i.m.)

Por un flanco débil

y breve,

entre su seno y su axila,

mi madre era tierna.

Qué olor tan profundo, basal y glandular.

Su ternura

tenía intensa biología.

¿Por qué le exigías más,

ojo con lágrimas?

(p. 188)

Parafraseando a Li Ning: Se trata de un reclamo por exigua atención o restringido trato amoroso. Sin embargo al final el yo poético se desdobla y se reprocha a sí mismo por haber demandado en demasía a su madre.

Pienso que la relación con su madre, tiene matices de ambivalencia y contradicción. La relación con sus parejas, asimismo, es compleja, intensa. No olvidemos que Watanabe es hijo de un japonés perseguido durante la guerra, e hijo de una peruana, Doña Paula, quien resulta una persona austera y endurecida por la vida, crió y sustentó once hijos, perdió dos y en su viudez enfrentó golpes severos. Ella muere en 1993. Quizás, por eso, la relación con JW no fue cálida ni “normal”.

En ese sentido el libro de José Li Ning es un gran aporte en la investigación del discurso poético de JW, con énfasis en la temática de la familia.

Agradezco a la compañera Fanny Palacios Izquierdo de la Casa Mariátegui por la acogida cálida, al autor José Li Ning Anticona por su creatividad y confianza, al Dr. Alfonso Mendoza por la agudeza y noble compañía.

Miraflores, 21 de Abril de 2015.

                                                       Bibliografía 

Acerca de Cosas de Familia, Metáfora de la identidad en la poética de José Watanabe por el Dr. Alfonso Mendoza Fernández. Blog lamula.pe 2014-12-28

# 4 revista Kachkanirajmi , Lima, p. 29

Preámbulo, Marco Martos, p. 13.

La poética del haikus se basa en la emoción y el asombro que produce en el poeta la contemplación de la naturaleza, habitualmente.

-Javier García Wong pp-28 a 31 Revista Kai Kan97

El 25 de abril se cumplen 8 años del viaje del querido poeta José Watanabe, ¡salud por sus setenta años!

                                                            Agradezco a Patricia del Valle por la lectura cordial de este texto en la Casa Mariátegui la noche del 21 de abril, una de las veladas donde José Li Ning presentó su valiosa obra sobre la familia en la poesía de Watanabe. A Alfonso Mendoza Fernández por su participación aguda. A las amistades que pudieron asistir generosamente:   Julio Nelson, Ana Bertha Vizcarra, Charo Arroyo, Elsa Tapia, Gerardo Quiroz, Ernesto Vera-Tudela, Fanny Palacios, Marisol Ortega, poetas jóvenes y público interesado.




Escrito por

Rosina Valcárcel Carnero

Lima, 1947. Escritora. Estudió antropología en San Marcos. Libros diversos. Incluida en antologías, blogs, revista redacción popular, etc.


Publicado en

estrella cristal

la belleza será convulsiva o no será | a. breton