#ElPerúQueQueremos

Gustavo Valcárcel, Luis de la Puente.  Juan Gonzalo Rose, Ros, Marcel y Xavier, México,

Luis de la Puente Uceda x Rosina Valcárcel

«Hay que conocer nuestra raíz». 

Publicado: 2017-04-01


«Hay que conocer nuestra raíz». / Rosina Valcárcel

Era muy pequeña, al esbelto tío Lucho lo evoco...r.v.

1.-

Huelo la leña dulce que arde en la cocina rústica, giro en las rondas con mis hermanos y los hijos de las cálidas indias de ligero andar, veo la silueta maciza de los bueyes, “Muy muy” y “Tun tun”, que se recorta en el umbral de la casona, a papá regando árboles y criando pollos que la peste se ha de llevar. Al frente de la Quinta Zamalloa vislumbro legendarios cerros grandes, algunas tardes subimos, y sobre largas hojas, mis hermanos y yo, resbalamos dichosos.**

2-

Jacobo Arbenz, el popular presidente democrático de Guatemala (quien gobernara entre los años 1951 a 1954), al ser amenazado por la CIA, alertó a Gustavo, e indicó el retiro. Y, nosotros, tras la felicidad de una temporada breve, tuvimos que obedecer y salir de esa patria amada y tornar a México.

El 2 de julio de 1954 los mexicanos enérgicos protestan por la intervención imperialista en Guatemala. En esa manifestación histórica, están Diego Rivera, Frida Kahlo, diversos intelectuales, papá, mi hermanito Gustavo y yo, gritando: ¡Por la defensa del pueblo guatemalteco!

3.-

Mientras volvíamos al D.F. con un cúmulo de vivencias y otro brío,

en pleno vuelo padre le pregunta a un joven de acento muy familiar:

—¿Usted, podría decirnos de qué país es?

Raudo el muchacho respondió:

—Del Perú, estuve prisionero y me han exiliado a la Tierra de Cuauhtémoc, tengo dos cartas, una para Gustavo Valcárcel y otra para Guillermo Carnero Hoke.

Entonces era pequeña, al esbelto tío Lucho lo evoco, en el pueblo hermano, cálido y sonriente y con un sombrero de bambú de China.

Y, en el aeropuerto, nos esperaba el tío Willy, hermano de mamá

para darnos la mano, otra vez, y poder reconstruir el hogar en el D.F. de México, en el exilio “familiar” al que nos había forzado Manuel A. Odría.

México, con lluvias reales y rancheras populares, donde Violeta triplicaba el frejol, el mole y las tortillas. Yo aprendí amar al tío Lucho al atardecer cuando caía el sol y él narraba cuentos y exaltaba el esplendor y la sabiduría de los incas. Nos exponía: —Sobrinos queridos, desde el Tahuantinsuyo en el Perú brota el maíz de oro, en nuestro territorio nace la quinua de plata. Los auquénidos tienen metales preciosos. Las mujeres usan polleras de arcoíris. Y los hombres no mienten.

Y altivo nos enseñó la letra y música del himno patrio (del Perú).

En nuestro mundo subterráneo los sábados había estrellas fugaces.

Gustavo derrochaba los pesos y con el “Güero”, tío norteño, cocinaban pescados y mariscos exquisitos. Mientras Juan Gonzalo sacaba un cajón y a dúo cantaban valses: —“Déjame que te cuente limeña…” (Qué voz la de Lucho y qué talento el de Rose). Los vates bebían tequila o ron bacardi.

El Güero, abstemio, prefería un vaso de pulque o una gaseosa Coca cola.

Y después enamoraba a Violetita Trías, la hija de Lochita.

Los viernes y domingos, el tío Lucho, secreto, iba a misa y comulgaba.

Una mañanita me susurró:

—«Cada hoja de cada arbusto es una señal.

Debemos abrigar a los oprimidos. Y de su bolsillo sacó una piedra

en forma de caracol y la puso en mi oído: —¿Escuchas su corazón?

La senda agrisada no pudo matarla. Llévala contigo mientras puedas.

Algún día será tu talismán, alma de cuarzo o el sonido de mis pasos».

En febrero de 1964, antes de lanzarse a la lucha armada, el tío Lucho, líder del MIR***, llamó a un mitin en la Plaza San Martín de Lima, ahí, ante 50 mil ciudadanos, planteó fundar una gran unidad popular de todas las mujeres, hombres y Partidos que ansiaran el cambio socialista en nuestra patria.

Hoy, en medio de la melancolía, hallo una frase de Jean Paul Sartre:

«Tienen ustedes razón de creer en Luis de la Puente Uceda, porque ese tipo de hombres suelen cambiar la historia».

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*Cita 1: Entre 1950 y 1955, durante el gobierno del general Eisenhower en Estados Unidos, se cometió una cacería de brujas de comunistas, conocida como Macartismo, caracterizada por perseguir a personas inocentes por simples sospechas, con acusaciones infundadas, interrogatorios, pérdida de trabajo y negación del pasaporte a los sospechosos de comunismo, o encarcelados. Estos mecanismos peligrosos de “control social” y de represión en EE. UU. bordearon el totalitarismo y los métodos fascistas.

**Cita 2 : En México, tras la renuncia al APRA, Gustavo, mi padre, coge nueva senda audaz: viaje a la Guatemala gobernada por el demócrata Jacobo Arbenz. En el vuelo conoce a Ernesto Guevara, joven argentino estudiante de medicina. En tierra guatemalteca se acerca al marxista-leninista Partido Guatemalteco del Trabajo. Arma proyectos periodísticos y otros.

***Cita 3: MIR: Movimiento de Izquierda Revolucionaria.

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23 de octubre del 2015, 50 años de Historia...

Lima-Perú  

Luis de la Puente Uceda (1 de abril de 1926 Santiago de Chuco, Perú - 23 de octubre de 1965)

(Texto inédito )


Escrito por

Rosina Valcárcel Carnero

Lima, 1947. Escritora. Estudió antropología en San Marcos. Libros diversos. Incluida en antologías, blogs, revista redacción popular, etc.


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