En el remolino del Rímac una herradura de jade
Rosina Valcárcel
Un jazmín tú ansías en la alta enredadera
Un aro en la sesión de valor puro
Descalzo el monte de bruma
Descalzo el caos neo-impresionista
El gris viendo sus balcones recientes
Los artistas innovadores en sus estudios claros
parten la flor limpia de la cepa rectangular
En el remolino del Rímac una herradura de jade
hiela las claraboyas y prodiga las hiedras
El hombre arrincona enérgico las vías pavimentadas
Los espejos evaden el hechizo del inconsciente
El régimen ha clausurado el comercio de aromas
El autómata persevera sus pautas de dos elementos
Una huida de florestas, mamparas y cortinas claras
corre por los aleros de las mansiones añejas
El viento afina su cuerpo geométrico sobre el océano
y el panorama escala como un conducto extendido
Navegantes que desconocen el alcohol y el crepúsculo
yugulan albatros en los piélagos de acero
Las tinieblas, brunas imágenes de la cordura, tienen
el ideal torneado de la luna en sus manos
Una esperanza de signos y metas nos vence
Aparece el varón que observa con la norma áurea.
La diosa Minerva es una nívea naturaleza viva
y los aficionados de insectos emigran.
La urbe, entre la rampla, las calles anchas y el puerto
exalta escaleras y atesora conchas de nácar
Las zampoñas de caña aquietan el aura
Un antiguo dios rústico da fruto a los críos
Los marineros sueñan la quimera en el polvo sepia
En alta mar les vale de brújula un clavel rojo
La distancia límpida de trapos lacerados
une los magnos vidrios de la luna y del pez espada
ata las correrías del zorro y la vicuña
Una firme aureola de veleros blancos
estrecha frentes abatidas y hebras de arenilla
Las sirenas persuaden, pero no hipnotizan
y emergen si revelamos una copa de vino tinto
Oh, genio, de voz cálida
No aclamo tu laboriosa cámara joven
ni tu gama que custodia el color de tu época,
pero exalto tus aspiraciones de inmortal finito
Corazón destilado, existes sobre jaspes ajenos
Te abandonas a la lóbrega jungla de signos fantásticos
Tu visión consigue lo que alcanzan tus ojos
y vigilas el filme de las calles en tu claraboya
El cosmos tiene crepúsculos ciegos y caos
en los originales procesos que el humano cursa
Mas ya los astros escondiendo horizontes
sellan el esbozo bien parecido de sus círculos
Las olas del tiempo se suspenden y dirigen
las grafías numerales del siglo XX y otro
Y la expiración rendida se guarece vibrando
en la rueda precisa del instante actual
Al pillar tu cámara, con un disparo en un remo
reclamas el albor que alienta el cáliz del limbo
Vasta irradiación de Venus, experta de amores
donde no abraza la ilusión ni su flora omitida
Decides la iluminación de la infancia que está en el rostro
sin caer a los labios ni al corazón del monte
Lucero que teme las uvas verdaderas de Dionisio
y la ímpetu sin ley que carga el eclipse
Haces bien en colocar guiones de advertencia
en el fondo azabache que deslumbra en el ocaso
Como creador no deseas que te calme el perfil
el tejido flotante de un nubarrón inesperado
El animal acuático en su recipiente y el ave azul en la cárcel
No aspiras concebirlos en el río o en el poniente
Muestras discreto luego de haber observado
con virtuosas pupilas sus figuras ligeras
Seduces un cabal elemento preciso
donde el alga no pueda poner su reducto
Rondas el diseño que levanta en lo lejano
y aceptas el trofeo solo como un sarcasmo
Soy la flor pura que raspa tus ardides
y alivia las alas ligeras de la alegría
Rosa exacta que delibera su acrobacia
Rosa de la armonía Rosa del caos Rosa del dolor
Persigues el rocío azulino
Hoy celebro el firme recorrido de tu flecha
Canto tu brío de luces y sombras y esmeraldas
Tu apego a lo que no tiene definición posible
Celebro tu corazón sideral y piadoso
de juego franco y sin heridas
Hados y puños sin cóndor nos deslumbran
mientras que tu arte y mi vida se desdoblan
Y ante todo celebro una diaria reflexión
que nos ensambla en los días grises y radiantes
No es el arte la luminaria que nos perturba los ojos
Es primero la revolución, el amor y la amistad.
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Lima, 26 de junio de 2018.
Lamula.pe PUBLICADO: HACE 41 MINUTOS
*Matisse: “Luxe, calme et volupté” (1904-5 – Centro Georges Pompidou, París) así tituló después de un poema de Charles Baudelaire.