FELIZ CUMPLEAÑOS COMPAÑERO WALTER PALACIOS 

En el año 1952 al cursar el 4to año de secundaria en San Miguel, te asignaron el papel de sumo sacerdote que debías desempeñar en la obra de teatro, La huida del Inca, del entonces también estudiante sanmiguelino Mario Vargas Llosa.

Te conocí cuando eras Presidente de la Federación de Estudiantes  del Perú (FEP). Te invitaron a Cuba a un certamen de líderes juveniles, llevaste contigo un ejemplar (¡Cuba sí, yanquis, no!?), del autor  Gustavo Valcárcel (mi padre), y cuando te tocó subir a saludar al c. Fidel Castro: le diste el libro en señal solidaria con el pueblo de Cuba. 

Luego en primavera de 1966, fuimos al Norte: Trujillo, Chiclayo y Piura. Te habías casado un año antes, aproximadamente. Ya había nacido tu primera hijita. Te visitamos los jóvenes escritores Juan Morillo Ganoza, Eduardo González Viaña, Juan Vicente Requejo, Gladys Basagoitia y esta amiga. Fuimos a la playa éramos muy jóvenes e inquietos. Guardo fotos de ese grato momento tan simpático. 

En Lima, varias veces nos hemos visto en casa de mis padres en San Eugenio, al borde del Parque Santos Dumont. Y guardo los regalos que me alcanzaste, el libro de Julio Cortázar, que me trajiste de La Habana, por ejemplo.

En 1996 y 1997 confluimos también en el departamento de la ingeniosa Dora Ríos Vinces. (Miraflores). Antes visitaste el refugio nuevo que habitaba mi madre Violeta (Pando). A la salida me encargaste la tarea de revisar un amplio trabajo teórico desarrollado por tus compañeros y dirigido por ti, supongo. Antes de tu viaje clandestino a México.  

Tiempo después, acompañada de mi ahijada Julieta fui a visitar al líder sindical c. Héctor García Neyra, y oh sorpresa, querido Walter, estabas en el umbral, de pie, esperándonos para "guiarnos" en el Penal de Canto Grande (Lima), y así evitarnos maltratos de ciertas malas voluntades; e invitar a los camaradas presos a que nos saludaran con la consideración y el refresco respectivos.

Viniste a casa, a raíz de la partida de nuestro admirado Comandante Fidel Castro y te comunicaste con Radio Habana, hablaste con el encargado c. Pedro, y leí mi poema al "Caballo". Luego, otras veces, hemos coincidido en el hogar de la amada Diana Ávila, sufrimos su dolor, viaje y nuestro duelo.

Con el compañero abogado César Oyola, evocamos hoy las palabras del Comandante Che Guevara: “Recuerda que el eslabón más alto que puede alcanzar la especie humana es ser revolucionario”. Por cierto tú eres del linaje de los imprescindibles, c. Walter Palacios Vinces, pues no cesas de nutrir y rejuvenecer tu calidad humana, tu espíritu abierto, tu formación, conciencia y sabiduría, aprendida, acaso de los revolucionarios de los años ’60 del MIR y del ELN: Luis de La Puente Uceda; Guillermo Lobatón; Juan Pablo Chang; Máximo Velando; Luis Zapata Bodero; entre tantos. Vivo ejemplo de consecuencia en las etapas históricas de los tiempos últimos. c. Walter, en nuestra patria resultas uno de los discípulos del Che, junto a Julio Dagnino, Héctor Béjar Rivera, Alaín Elías, Víctor Hugo Chacón, por ejemplo. Cultivas amistad con Abraham Lama Mucha, Ricardo Gadea Acosta y otros luchadores sociales.

Herrero de conciencias, la juventud aprende de tu estilo, de tu legado y consecuencia firme durante más de cincuenta años de existencia estoica y sacrificada.

Acoge hoy, día de tu cumpleaños, nuestros abrazos cálidos y el gran aprecio de tus compañeros-hermanos desde los guerreros tupacamaristas, simpatizantes, colaboradores, aliados, hasta el de los amigos y amigas:

Deseos de salud fecunda, alegría, viajes, sorpresas, felicidades, amor,  libros, de modo singular de tus hermanos de ruta compañeros Víctor Polay Campos, Miguel Rincón y Lucero Cumpa.

De tus amistades de las generaciones del 60 y 70. De los artistas plásticos Héctor Béjar y Carlos A. Ostolaza; del comunicador Carlos Urrutia; del sanador Carlos Pongo; de la cantora Mocha García Naranjo y de esta poeta leal que te extraña, Ros.

23 de septiembre de 2018 (Gracias César Oyola, por la iniciativa ejemplar).

WALTER PALACIOS X Roque Gonzales La Rosa

Con su sobriedad otoñal llegó el viejo Walter al penal de Canto Grande, el lustroso bastón que lo acompañaba ese día acabó su función, la vitalidad de Walter no lo ameritaba, creo era más una precaución llevar algo en mano al ingresar a una cárcel peruana.

Erguido y digno, Walter nos enorgullecía, los tupacamaristas nos sabemos herederos de una larga tradición de luchas populares, nunca la soberbia o desconocimiento de la historia nos haría pensar ser los iniciadores del puño en alto que nuestra tierra sostuvo contra la injusticia desde siempre. Y Walter expresaba ese devenir. Episodios señeros como la rebeldía del pueblo aprista, la lucha contra la dictadura de Morales Bermúdez, la nueva izquierda, las luchas populares en el norte peruano, las guerrillas del 65, Lucho de la Puente y el MIR, venían a cobrar vida y actualidad con el viejo Walter. No sólo podía narrar con detalle esos escenarios sino que además, fundamentalmente, nos recordaba que ahí están nuestras raíces, nos enorgullecía sabernos parte de esa historia.

En un país donde contiende una memoria que pretende hacer de la insurgencia tupacamarista un relato sin raíz ni destino, está la misma vida del viejo Walter para dar testimonio de la profunda raigambre de las luchas populares, para recordarnos que en el camino pasamos por peldaños que nos antecedieron, que la resistencia anticolonial, que los levantamientos populares, que las guerrillas así como la lucha contra la dictadura en los 90 hacen parte del mismo proceso. Nuestros sueños se hunden y extienden sus raíces en varias generaciones. Feliz cumple hermano mayor y camarada Walter Palacios, legendario y vivo.

(en Víctor Polay Libertad 11 min • 23/09/2018)

Lima, Primavera, 23 de septiembre del año 2018.